En 23 municipios de la Franja Norte del
país encontramos el 75% de la Pobreza Extrema Severa
de El Salvador, una zona históricamente olvidada por
todos los gobiernos.
El detonante será la modernización real
del agro que implique el uso de la tecnología, el desarrollo de nuevas
especies, el impulso de la tecnificación y educación
de los agricultores salvadoreños, el apoyo financiero
en proyectos comunitarios que ayuden a la apertura de mercados y logística.
Pero esto no tendría sentido si la
población no tiene desarrollo social y humano; por eso, es indispensable que el gobierno lleve los servicios básicos: agua (potable y sistemas de riego permanente, energía
eléctrica, una red de conectividad y movilidad adecuada, la adaptación de
escuelas públicas y centros de capacitación, la instalación clínicas de salud.
Con la ejecución de esta propuesta
insignia, los habitantes de la zona norte, tendrán
acceso a servicios como equipo logístico y de transporte para los cultivos, el
gobierno le apostará a las especializaciones en producto final que dará soporte
para la comercialización local e internacional de cultivos salvadoreños.
Apostarle al desarrollo económico de la
zona norte también traerá el desarrollo social que beneficiará a los
pobladores, como la revitalización de espacios públicos, la mejoría en la movilidad, acceso a la educación de calidad, especializada y a productos culturales, espacios y desarrollo
deportivo.
Sumado a esto, también se tendrá una
estrategia y productos turísticos, educación en diseño artesanal y productos
artesanales, impulso de la gastronomía y productos de
origen según innovaciones agrícolas.
¿Qué garantizará que se ejecuten las
propuestas de Franja Pacífico y Franja Norte? Estamos
hablando no solo de voluntad política y atracción de inversión, sino una
apuesta fuerte por el servicio público de calidad
desde la presidencia. Por eso, se nombrará a un Comisionado Presidencial desde
el 1 de junio, para garantizar la movilización de
todo el aparato del Estado en esta función.